jueves, 11 de junio de 2009

APRENDIZAJE

La mayoría de los niños hiperactivos presentan dificultades en el aprendizaje.
El 40 ó 50% de los niños hiperactivos tienen un bajo rendimiento escolar.
Tienen dificultades perceptivas, con lo cual no diferencian bien entre letras y líneas y tienen poca capacidad para estructurar la información que recibe a través de los distintos sentidos.
Las dificultades de los niños hiperactivos estriban en la adquisición y el manejo de la lectura, escritura y el cálculo.
Son torpes para escribir o dibujar, tienen mala letra y cometen grandes errores de ortografía.
En cálculo, se olvidan de las llevadas y operaciones básicas.
En lectura, omiten palabras, sílabas e incluso renglones, no comprenden lo que leen, pueden identificar las letras pero no saben pronunciarlas correctamente.
Tienen dificultad para memorizar y para generalizar la información adquirida.

DESOBEDIENCIA

Como dijimos anteriormente al niño hiperactivo le cuesta seguirlas directrices que se le marcan en casa. El niño hace lo contrario de lo que se dice o pide.
Los padres tienen especial dificultad para educarles en adquirir patrones de conducta (hábitos de higiene, cortesía...).

ESTABILIDAD EMOCIONAL

Presentan cambios bruscos de humor, tienen un concepto pobre de sí mismo y no aceptan perder, por lo que no asumen sus propios fracasos.


caracteristicas ques rescatamos de un niño hiperactivo


IMPULSIVIDAD
Con frecuencia actúa de forma inmediata sin pensar en las consecuencias. Está inquieto con las manos o los pies y no puede sentarse quieto. Está activo en situaciones en que es inapropiado. Habla de forma excesiva, responde antes de que la otra persona termine, tiene dificultad para esperar su turno y frecuentemente interrumpe.

HIPERACTIVIDAD

Lo más característico de estos niños es la excesiva actividad motora. Siempre están en continuo movimiento, corren, saltan por la calle, nunca quieren ir cogidos de la mano...
Su excesivo movimiento no persigue ningún objetivo, carece de finalidad.

COMPORTAMIENTO
Su comportamiento es imprevisible, inmaduro, inapropiado para su edad. No son malos pero sí que son traviesos. Se muestran violentos y agresivos verbal y físicamente Con frecuencia mienten y cometen hurtos.


Existen tres grandes tipos de Síndrome de Déficit Atencional e Hiperactividad (SDAH): el tipo inatento, el tipo hiperactivo/impulsivo y el tipo combinado; aunque visiones más recientes discuten si se podría considerar a los tipos inatento e hiperactivo como una misma entidad clínica. El desorden es más común en niños que en niñas.Sin embargo, se ha reportado que en la forma inatenta del síndrome predominan las niñas, mientras que en la forma hiperactiva/impulsiva y en el tipo combinado predominan los niños. El SDAH suele presentar comorbilidad con otros desórdenes neuropsiquiátricos. De los pacientes diagnosticados con SDAH, un 50-70% posee problemas de ajuste social y/o problemas psiquiátricos como adolescentes y adultos jóvenes, y un 20-30% continúa sufriendo la condición como adultos.

Dada su prevalencia, el SDAH es uno de los síndromes que más afectan el desempeño escolar, por lo que el conocimiento acerca de los factores de riesgo, las estrategias cognitivas de estos pacientes y su pronóstico es de la mayor relevancia no sólo desde una perspectiva educacional, sino también desde la salud pública. La presente revisión tiene por objeto hacer una actualización respecto de los mecanismos neurobiológicos y cognitivos que parecen subyacer al SDAH, en el contexto de una tendencia reciente de investigación orientada a determinar lo que se ha denominado el endofenotipo cognitivo del SDAH.

jueves, 4 de junio de 2009


¿Es difícil, laborioso o costoso hace el diagnóstico del SDAH?

Si quien lo efectúa es un profesional médico experimentado, basta con una historia clínica adecuada contando con la madre como informante y la ayuda del cuestionario del DSM IV. Este diagnóstico suele hacerse en una consulta, sin que sea necesario pedir exámenes auxiliares, salvo casos infrecuentes. Tampoco suele ser necesario pedir pruebas psicológicas, excepto cuando la información proporcionada por los padres no es suficiente o cuando alguna otra circustancia hace el diagnóstico difícil.

¿Con qué frecuencia es necesario acudir a consulta médica durante el tratamiento del SDAH?

De acuerdo a la práctica de quien escribe este artículo, luego de la consulta inicial en la que se hace el diagnóstico y se inicia el tratamiento, es necesario un control después de tres semanas para evaluar el efecto medicamentoso, decidir cuál va a ser la dosis definitiva y si va a ser necesario efectuar alguna terapia complementaria. La siguiente consulta suele ser luego de dos meses para constatar si se están obteniendo los resultados deseados y si el manejo en la casa y en el colegio son adecuados o es necesario efectuar correcciones. Si todo es favorable, basta con una consulta cada tres meses, frecuencia indispensable para que el médico sea quien realmente dirija y controle el tratamiento, indicando las modificaciones que sean necesarias durante el curso del mismo. Cuando no se obtienen los resultados esperados, generalmente debido a la administración incorrecta del medicamento, a un manejo inadecuado o a una falta de supervisión por parte de los padres (o de los profesores), es necesario acudir a consulta con mayor frecuencia.


¿Basta con dar medicamentos a un niño con SDAH?

Si no existe patología asociada importante y los padres y maestros manejan adecuadamente al niño, el metilfenidato puede ser suficiente; comparado individualmente con otros métodos de tratamiento, es el más efectivo. Con frecuencia es necesario, además, el tratamiento psicológico o de aprendizaje. En cualquier caso, el tratamiento que reciba el niño va a depender de la información que tengan los padres, los maestros, los profesionales involucrados, y de los medios económicos con que cuente la familia.


¿Existe cura para el SDAH?


Propiamente cura, no existe. Aproximadamente en un tercio de los casos el problema desaparece antes de la edad adulta; en los otros dos tercios persiste durante toda la vida. Lo que sí se puede afirmar es que el tratamiento adecuado mejora significativamente los problemas y hace que el pronóstico sea mejor.

¿Qué le depara el futuro a un niño con SDAH?

Si este problema no se trata adecuadamente o si es muy complejo o de gran severidad se puede producir: pérdida de interés en los estudios, lo que puede llevar a la repetición de año o a tener que cambiar de colegio (a uno de menor categoría académica o a un colegio especializado); una pobre preparación académica como resultado de lo anterior; frustraciones en la carrera y en el trabajo; dificultades sociales y matrimoniales; riesgo de drogadicción o de delincuencia (especialmente cuando hay problemas de conducta asociados).

¿Existe tratamiento para el SDAH?

Sí. El tipo de tratamiento que se administre va a depender de las características de quien tiene SDAH, de la severidad de sus problemas y de los trastornos asociados que presente; el tratamiento es medicamentoso, psicológico (del paciente y de su entorno), de coaching, o de aprendizaje (terapia de aprendizaje o nivelación escolar).

MAS RESPUESTAS DE SDAH


¿Es frecuente el SDAH?

Ciertamente. Uno de cada diez a veinte niños en edad escolar tiene este trastorno, que es más común en varones; como es fácil inferir, en cada salón de clase de cualquier colegio puede haber de uno a cuatro niños con SDAH.

¿Qué problemas enfrenta un niño conSDAH?


La lista es larga. Resumiendo: las tareas escolares le toman más tiempo y requieren supervisión estrecha; se siente insatisfecho respecto a los resultados de su esfuerzo; recibe llamadas de atención constantes por parte de sus padres y profesores; tiene conflictos con sus compañeros de clase, amigos, hermanos, padres, y a menudo es rechazado por ellos; tiene problemas de autoestima.


¿Qué le depara el futuro a un niño con SDAH?

Si este problema no se trata adecuadamente -o si es muy complejo o de gran severidad- se puede producir: pérdida de interés en los estudios, lo que puede llevar a la repetición de año o a tener que cambiar de colegio (a uno de menor categoría académica o a un colegio especializado); una pobre preparación académica como resultado de lo anterior; frustraciones en la carrera y en el trabajo; dificultades sociales y matrimoniales; riesgo de drogadicción o de delincuencia (especialmente cuando hay problemas de conducta asociados).